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viernes, 25 de noviembre de 2011

Por una equivocación


Estaba de pie frente al escaparate de una juguetería,en pleno centro porteño, hacía casi una hora.
Se exhibían varias muñecas a parte de otros juguetes interesantes, unos más bonitos que otros.
Pero sus ojos de china se clavaron absortos en una pequeña estatuilla, que muy bien conocía como originaria de su país.
Ling Lang, hacía trabajar su mente y su corazón, en pos de esa estatuilla.
Pensó en Ching su amado esposo, cuando vivían felices, allá muy lejos, en su tierra.
Pero él había muerto en un enfrentamiento  político.
Ella siempre le decía, que no participara en esas luchas, que no conducían a nada.
Recibió  una notificación anunciándole su deceso, carente de recursos comenzó a buscar trabajo,conocida como buena persona, lo cual le valió para ser recomendada en la casa de un gran comerciante oriundo de su país, su prestigio de honesta, servicial y discreta le permitió permanecer los años que éste matrimonio vivieran en Bs.As.
Pero un buen día, le llegó la noticia,que sus patrones, debían regresar a su país La China, y a su hogar.
Era muy bueno el concepto, que se había ganado.
Sabiéndola sola y sin medios, de vida, a parte del gran afecto que sentían por ella, tomaron la decisión de llevarla con ellos.
Sin problemas, pués  la inmigración era fácil.
Así fué que después de varios años de fiel cumplimiento.
Fué indemnizada con una buena suma de dinero que cobraría mensualmente, por lo que decidió volver a Bs AS, total en su tierra no tenía anadie.


Lo primero que hizo fué visitar la juguetería, de pie ante la vidriera perdida entre los malos y buenos re cuerdos que eran su obseción, no pasó inadvertida su presencia, por un muchacho, tal vez empleado hijo del dueño, del local, que permanentemente la veía parada ante la vidriera, sin decidirse a entrar.
Le contó a su patrón la inquietud que tenía.
¡Señor!
¿que pasa?
Ve usted a esa mujer detrás de la vidriera.
Como era un poco corto de vista solo apreciaba una figura delgada a través del vidrio.
Si, algo veo, ¿ pero que es lo que te preocupa?
Que puede estar espiando para luego entrar a robar.
Pues bien, sal y dile primero si le agrada algo para comprar.
Al rato volvió el empleado, y le dijo que ella solo deseaba, curiosear tantas cosas lindas.
Entonces sal y dile que yo deseo hablar con ella.
Si tiene buenas intenciones entrará, de lo contrario huirá.
Entró, como le ofrecieron una silla se sentó y esperó, había caminado  mucho y estaba, fatigada
De pronto, se corrió un cortinado que separa el depósito del negocio propiamente dicho.
Un señor mayor de rasgos achinados y lentes de gruesos vidrios se detuvo frente a ella.
Se puso súbitamente de pie, como si algo profundo,la hubiese empujado.
La miró largo rato dubitativo, los años y los sufrimiento la habían ajado y mucho.
La reconoció, pero por las dudas preguntó: ¿Dígame señora, cómo se llama Usted?
Ling Lang señor.
¿ Sabes quién soy yo?
Por temor a equivocarse, no pronunció palabra en cambio movió la cabeza dudosa .
Soy Ching, tu esposo.
Ella lo miró con los ojos vidriosos de lágrimas contenidas.
No se ría de mí, dijo, si es verdad es muy doloroso, sino respeto la memoria de mi hombre.
Bien, siéntate Ling, respondió a punto que acercaba otra silla para él.
Yo soy Ching, el que murió, fué un compañero de lucha, llamado Lutai Ching, ese era su apellido.
Yo estube preso varios años, cuando salí por mi logro, te busqué, pero ya no había hogar, ni mujer, ni nada.
Nadie te pudo ubicar, entonces decidí venir a la Argentina, para olvidar y rehacer mi vida, ¿Entendés ahora?
Después de un fuerte abrazo, ella le contó todo sobre lo suyo.


¿Como creen que terminaré esta historia?
Ching, tiene la palabra para mejorar o empeorar la situación o sea la vida de los dos, porque ya no será lo mismo.


Le dijo: esto es producto de una equivocación.
Se levantó como para irse, tal vez sin una despedida, pero él le tomó la mano tiernamente y agregó: Esta separación ya estaba destinada a producirse de una u otra forma, pero la vida nos buscó y nos volvió a juntar, ni tú ni yo tenemos la culpa, fué una equivocación de una persona despreocupada de la vida de los demás.
Vendrás a nuestro hogar y comenzaremos de nuevo a vivir toda la felicidad que nos quitaron.

                                                                                FIN.-


Nota: No es cuento que pasen estas cosas, la falta de seriedad, de organización, control y respeto por los demás, lleva a estos empleados de cualquier repartición a cometer errores, irreparables o dolorosos a veces.
Hay que supervisar la gente a nuestro cargo no permitirles que hagan lo que quieran, perjudicando a los demás.

                                                                                   Norma Angela Michelli.


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