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jueves, 23 de junio de 2011

EL LECHERITO ENAMORADO






                                                        PROLOGO


Los lecheritos o sea el reparto de leche a domicilio, de este consumido producto lácteo, era ejercido por muchachitos que, a veces no llegaban a los diez años de edad.
Paris Robertson, un viajero Inglés asiduo visitante de Buenos Aires, dijo sobre ellos:
"Llegan a la carrera de las quintas cercanas montados en unos lamentables caballejos. Estos traviesos tramposos y hábiles bribones, no visten mas que harapos, por que a pesar de aguar la leche, se juegan toda su ganancia en cuanto salen del poblado. Después arrancan en carreras furiosas y regresan a sus hogares con el cuento de poca venta y mucha demora"

 Buenos Ayres 1825.
 En el carruaje que los conducía al mejor hotel de la ciudad, el Capitán Hemeric Heard, su esposa Laureana Vidal y sus dos hijas mellizas Victoria y Clarisa, observaban con curiosidad el ir y venir de unos jovenzuelos de todas las edades y color montados a caballo que portaban en sus ancas sendos tachos. Eran los tan mentados lecheritos, que a la mañana muy temprano se los veía a la orilla del río, adulterando la mercancía.
El capitán y su familia venían de Inglaterra de visita nuevamente.


-Pero mira mujer esos rapaces! ¿Quièn va a tomar esa leche?
-Yo diría que toda la ciudad.
-Puede ser...salvo quién los vea.
Pero Victoria lista como un lince, clavó su mirada azul, en un mestizo lechero lustroso y vivaz, cuyas facciones ejercían cierta fascinación al gesticular y al hablar. Sus  movimientos más que nada eran cadencioso con un dejo de sensualidad . Llamaba la atención la altanería que portaba al montar.
-Que miras hermana? Estés como hipnotizada.
- Es que me llaman la atención esos ambulantes.
-Cierto no? Allá no los hay.
Victoria y Clarisa tenían catorce años.


Llegaron al hotel donde se hospedarían. Don Hemeric paso primero y al acercarse al conserje, mostró su identidad.
Fueron conducidos de inmediato a la  lujosa suite que los aguardaba, exquisita mente decorada , de gran amplitud con sala de recepción, dos dormitorios con sus respectivos toilettes, y una biblioteca con su escritorio de ébano que concordaba con el estilo del resto mobiliario.


Una tarde, ambas niñas salieron a pasear por la ciudad con el fin de conocerla mejor. Clarisa propuso tomar un coche y alejarse un poco de las calles principales. -Bueno...-dijo Victoria entusiasmada con la aventura.
-Quieres ir al muelle, donde están los lecheritos?
-SI! SI! que feliz idea hermana!




Elmer perdido en el grupo de jovenzuelos, trataba de cargar sus tachos llenos sobre las ancas de su caballo. Era algo mayor que el resto, y se destacaba  por su musculatura y fuerza. Dio un salto, montó al animal, y con la rapidez de un rayo se perdió en la distancia.
Al pasar cerca de las niñas, aminoró su marcha para no empolvarlas, y a paso prosiguió su rumbo. Victoria levanto la vista y lo miró provocativa mente, mas el muchacho con aire altanero pasó sin percatarse siquiera.
Muda de ira se volvió ante los ojos azorados de su hermana y levantó un jarro que estaba tirado en el suelo.
-Señorita, ese jarro es mío! - dijo el niño mulato reclamando el utensilio.
-Ya lo sé! Solo deseo beber un poco de leche fresca.
-Hàgalo niña y disculpe. ¡Desea más?
-No... no... es suficiente!
Y apartándose unos pasos, derramo el blanquesino líquido sobre su cabeza. Asombrada Clarisa, le dice - Victoria que has hecho!!...ahora que le diremos a mamá?... nos va a castigar!... mìrate el vestido y tu cabello!!. quedó todo pegajoso y sucio...
Victoria reía cínicamente, mientras lejos de los hechos , el jinete Elmer galopa, ajeno a todo.




-Pero Victoria ¿Què te pasó?
- Nada, nada y nada.
-Cómo nada? Estás mojada y pegajosa!... mírate el vestido nuevo, totalmente arruinado!
 Clarisa pensó contarlo todo, pero ella la hizo callar diciendo:
-Madre, sabe lo que pasó?. Fuimos hasta el muelle y los mulatos nos ofrecieron leche fresquita, y como hacía tanto calor, aceptamos!. Al levantar el jarro para beber, calcule mal y se me derramó la leche encima.
-Hija, que descuidada eres...!
La situación no paso a mayores y todo siguió su ritmo natural.






Una mañana Victoria detiene a su padre a la salida del hotel.
-Papá! papá! no te vayas todavía.
-Qué pasa hija?
-Necesito hablar contigo.
-Bueno hazlo pronto que se me hace tarde!
- Así no te diré nada. Debo hacerlo tranquila, pausadamente... a dónde vas?
-Hum mm....no creo que sea de tu incumbencia niña!...pero en fin, te lo diré. Mira que eres curiosa e impertinente niña!... ni tu madre se hubiese atrevido a preguntar!!  Bueno, habla de una vez!.
-Mira papá, ayer paseábamos con Clarisa por el muelle...
-Feo lugar para pasear, hija!. No lo vuelvas a hacer!. Allí hay muchos negros maleantes.
-Si es verdad, pero como se encaprichó Clarisa, no hubo forma de convencerla y acepté ir.
Fíjate que uno de ellos, me arrojó un jarro de leche encima, por que no acepté sus galanteos...el muy atrevido!
-Como dices? Qué dices?... Quién fue?
-No lo conozco, padre. Solo recuerdo que no era tan negro como los otros y tenia mas o menos, unos quince años.
-Quédate tranquila hija. No volverá a suceder, ni le quedaran ganas a ese mestizo, de volver a repetirlo!
Cuando regrese arreglaremos esto. En cuanto a tu hermana, llevará también su reprimenda y tampoco volverá a acercarse a ellos.




A la mañana siguiente, un grupo de jinetes armados con redes y pistolas, recorrían el muelle hasta la punta del río, en busca de Elmer, el lecherito, que ajeno a todo comenzaba su rutina diaria y esa mañana a las cinco hizo su aparición por el muelle para adulterar la leche, como todos los días.
Una enorme red extendida lo encerró en su telaraña. Fue conducido a prisión donde recibió una tremenda paliza, tras la cual quedó entre rejas. Causa?...adulteración de la mercancía para la venta. Los demás lecheritos se esfumaron, y por varios días no hubo reparto a domicilio.
"Estos negritos eran generalmente menores de edad, dice Vidal Essex,  los mayorcitos eran los menos y los que generalmente caían en las redadas. Aprenden temprano el oficio. Parecen haber nacido montados sobre sus caballos. Galopan trepados cual monos a sus tarros de leche,son ágiles jinetes y le ganan al viento, por lo que son muy difíciles de apresar..." "Con frecuencia se los suele ver a la orilla del río, agregando agua sucia a la leche. Como que resulta, aquí tan difícil como en Londres, conseguir leche pura"...
El pobre Elmer no sabía que pasaba, por que le pegaron, ni por que lo tenían encerrado sin pan ni agua.
Las influencias del  inglés en la Colonia eran poderosas. Todo lo podía, como que había sido un fuerte comerciante, muy vinculado políticamente y como por aquel entonces, negros y mestizos , "solo eran basura".






Clarisa salió muy temprano del hotel. Todos dormían y se dirigió al muelle.. Buscó al muchachito del jarro. Le contó todo lo ocurrido y consiguió una cantidad de leche diaria para Elmer. Al pan lo sacaba de las mesas del hotel.
Así es como se les podía ver subir la cuesta de tierra hasta el muelle, caminando presurosos hacia la prisión, que se encontraba del otro lado. El menor era muy conocido, por que solía dejar diariamente, la leche para los carceleros.
En la puerta, uno de ellos montaba la guardia, por ventura era el mas benévolo.
-Oye Pedro. Aquí está preso mi amigo Elmer Sanjuan. Me dejas verlo?
-Por hoy , si., pero después tendrás que dejarle la comida junto con la leche nuestra. Búscame a mí. Yo se la daré.
Pasaron junto con el carcelero.
-Aquí está!. -dijo Pedro.
-Hola Elmer.
-Hola Tortin. Como estás?
-Bien y tú?
- Como me ves. Encerrado y golpeado sin saber por que...
-Aunque lo supieras, de nada te serviría, por que nada valemos los negros y los mestizos.Ya lo sabes...
- Si, es cierto, pero al menos conocer mi delito...


Clarisa muy angustiada, sintiéndose culpable por haber cedido al capricho de su hermana, explico todo al muchacho y prometió acudir con alimento todos los días.
Una mañana fue sola y pidió hablar con Pedro el guardián.
-Me buscaba señorita?
- Si, por favor , reciba para su esposa este bolso con ropas. Creo que tiene familia, no?
-No era necesario. Se que el muchacho es inocente. Lo conozco bien desde muy niño, pero debo cumplir ordenes. Sabe?
- Lo comprendo. No se preocupe, no lo comprometeré en nada.
- Pase entonces.No se demore, pueden verla, entonces me iría mal. Las ordenes son otras.
Clarisa se acerco a la celda, lo vio sentado en un sucio camastro. Con las manos cubríase el rostro. Lloraba amargamente.
-Elmer. Soy Clarisa, levántese y tome su alimento. Le traje empanadas y leche.


Sonrió, hacía noches que esos ojos mansos, lo acompañaban en sus largos insomnios y en su infortunios.
Al recibir el paquete y el jarro, lo dejo sobre el catre, y toándole las dos manos entre las suyas  le dijo: -Gracias niña! Gracias ángel de luz!... nunca la olvidaré!!










Junto a los suyos, en la misa del domingo, pedíale a Dios por la libertad de Elmer.
Fue así que una mañana  comprobando que el capitán estaba muy atareado preparando su viaje de regreso a   Inglaterra, y había olvidado al lecherito y su drama ya que poco le importaba la suerte del mestizo, Pedro y los otros carceleros decidieron dejarlo en libertad.
-Vete a tu casa  y no salgas por un tiempo!. Yo te avisaré cuando el inglés se haya marchado!
-Gracias Pedro...gracias!!!!
-Deja ya!- Vete por el camino de atrás que es mas seguro!
Con gran cuidado salió Elmer y se perdió como una saeta por el camino angosto que llevaba al río.




-Permiso niña.- Dijo la mulata del hotel.
-Pase...pase... Que deseas?
-La busca un chiquillo rotoso. Quedó en la puerta dice que es urgente.
Clarisa salió despacio, tratando de no ser vista.
-Niña...niña...ésto es para usted!- dijo Tortin, alcanzándole un papelito doblado. Esto me lo dio Elmer para usted...Lo dejaron libre!!!
-Gracias Dios mío por haberme escuchado!.
Desdobló el papel y leyó. Elmer le decía que la esperaba junto al arroyo a las tres de la tarde, junto al sauce grande.
Clarisa despidió al chico, asegurándole su presencia en el lugar. Coloco el papelito en su bolso y entró.
Subió a su alcoba. Con mucho cuidado se vistió, cambió su bolso por uno a tono con el traje, recogió la sombrilla y salió.
En la sala del hotel, la detiene su madre.
-A dónde vas clarisa?
-Voy a la iglesia, madre.
-Pero si fuimos a misa el domingo...
-Voy a la capilla pequeña, esa que está frente el arroyo cerca del sauce grande. Soltaron a Elmer y quiero agradecerle a Dios por sus bondades.
-Que alma buena tienes hija!... haces bien de pedir por él...también es un hijo de Dios...vete en paz..y... Oye!!! no invitas a tu hermana?
-Y lo hice, mamà...pero no quiere ir.
Mientras tanto, el papelito en malas manos, esperaba al coronel para ser entregado.
Victoria espiaba agazapada en la alcoba de su hermana, y sospechando de algún secreto, sacó del bolso el mensaje al irse ésta.
-Vé hija tranquila y no demores.
- Gracias madre. No demoraré.


-Clarisa, pide por nuestro viaje de regreso!
El capitán Hemeric regresa a los diez minutos de la salida de su hija Clarisa.




-Papá! Papá!...lo estuve esperando. Dónde fue?.
-Siempre curiosa Victoria!. Esta vez te responderé.Fui a las oficinas del muelle a retirar los pasajes de regreso.
-Papá. Tengo algo muy jugoso para contarle!
- Siempre con tus misterios, hijita. Pienso que si te dedicaras a algo útil, tal vez no sería necesario recriminarte nada, pero igual te escucharé.
-Toma esto, papá! -dijo entregándole el papelito cuidadosamente doblado.
Lo leyó frunciendo el ceño y su mirada se torno adusta.
-Quién te lo dio, Victoria?
-Lo encontré en el bolso que traía Clarisa esta mañana.
-Has hecho muy mal de revisar las pertenencias de tu hermana. Debes acostumbrarte a respetar lo ajeno.
Que sea la última vez que lo haces!. ..No obstante tomaré las medidas del caso.
El capitán con gran furia denuncio en primer término , la libertad del mestizo. Luego el atrevimiento y deshonra para con su hija Victoria, al arrojarte un tarro de leche sobre su cabeza, a modo de burla y
agresión. A más teniendo como prueba el papel escrito a Clarisa, le agregó, intento de seducción y abuso.
Todos estos hechos totalmente injustos, pues Elmer, sentía un profundo cariño hacia ese ángel de luz que llevó alimento y piedad en sus días de prisión a él, ese lecherito mestizo, sin derecho a nada!. Jamás se hubiera atrevido a ponerle ni un dedo encima!, solo quería agradecerle tanta bondad, y obsequiarle una bufanda roja, que le había tejido su madre.
Hasta hacía un par de semanas ignoraba la existencia de las dos hermanas, pero los hechos inventados por la soberbia e impiedad de esa familia, lo condenaba sin piedad!.
Pedro, el guardia carcelero y sus compañeros, "cómplices", según reza la denuncia, fueron expulsados y multados sin más.  Elmer Sanjuan, llevó la peor parte.






Clarisa fue severamente amonestada y castigada a viajar encerrada en su camarote.A l llegar pasaría inmediatamente a una escuela de religiosas, hasta terminar su preparación, para luego ser esposa de algún caballero maduro, de alcurnia y posición.
El mestizo Elmer, fue sin más ni más, condenado a los azotes y la orca por los cargos conferidos, en contra de una familia extranjera y su honor.




El sacerdote se acerca al condenado y tomándolo de las manos, le dice:- que has hecho, hijo?
-Nada padrecito...solo haber nacido  mestizo y basura para esta sociedad!!. La llamé para agradecerle el alimento que me dio en la cárcel! Se lo juro por la virgencita que me alumbra, Padrecito!
-Te creo...hijo...te creo....Te confieso que estoy desesperado por que nada puedo hacer por ayudarte.
-No se aflija Padre, deseo morir. A más esta vida es injusta con nosotros, los pobres, mulatos y mestizos, al servicio de aquellos que nada hacen más que vivir en el ocio, el poder y la crueldad hasta con los de su clase.
El sacerdote lo abrazo con los ojos húmedos y lo bendijo. Cerró la pesada puerta de la celda tras sí y se encaminó hacia la salida, pensativo y taciturno.




En las habitaciones del hotel, las dos hermanas enfrentadas dialogan agresivamente.
-Que le has dicho a papá, Victoria?
-Yo?...absolutamente nada!
-Y el papelito que estaba en mi bolso?
-Yo no sé nada1...NO SÉ DE NINGÚN PAPELITO...no sé de que hablas!!!!
-Cómo que nada sabes?...Un inocente va a morir esta tarde...y por tu culpa...por tu vanidad y soberbia!!!
-Ahhhh...te refieres al mestizo!!!...Ese recibe su merecido, por adulterar la leche...por ignorar la mirada de Victoria...que se cree?
-Oye bien... mira el Cristo que está colgado allí... Dile a El que nada hiciste...VAMOS DILO!!!
Sabes muy bien que es inocente, nada sabía de tus intenciones...nunca te vio ni se fijó siquiera en tí!. Eres malvada y como eres terminarás!
-Eso dices por que lo has convertido en tu mascota negra...o...te has enamorado del mestizo!
-No seas ridícula hermana.  Lo he dicho por que sé que esto es por venganza.
-Venganza de que?. Pobre tonta!
-Por que no respondió a tus caprichos de niña rica y blanca...por que no correspondió a tu mirada, cayendo esclavo ante tu belleza y sufriendo día tras día y noche tras noche por la niña extranjera , que se dignó a mirarlo!...Cometió el enorme pecado de no alimentar tu vanidad! Ese fue su delito.
Mamá cede ante ti. A papá lo acabas de condenar al infierno, hasta yo, más de una vez aflojé para defenderte o no contrariarte, como ahora. Debí decir la verdad en su momento...
-No te hubieran creído, tonta!
-El fue el único que te ignoró, por eso lo condenaste a morir.
-Razón de más para que esté donde está!. A más infringe la ley adulterando la leche.
-Eso no es de tu incumbencia. No eres de acá!
-Cómo que no me importa?... hemos tomado leche con agua sucia del río. Te parece poco?
- Nadie debe morir por eso!!!
-El si!...un negro, mulato , mestizo o como sea...menos!!
- Lo único que sé , hermana, es que lo que tu haces te lo harán a ti!!!...he de rezar por que no suceda, pero se que pagaras, tarde o temprano por esto!!...
-Deja de fastidiarme ya, con tus sermones y tu humanitarismo
-Yo he oído, que en el barrio negro no perdonan las injusticias blancas!. También he oido, que hacen justicia por manos propias y no olvidan!
-Terminaste de hablar? por que me has hartado con tus cuentos y amenazas!
-Tanto mejor. Estas a tiempo de decir la verdad.
-Tonta! Crees acaso que estos infelices negros, pueden más que papá?...qué sus influencias?
- Si lo creo y mal que me pese, lo veré...lo sé, lo veré!!! tú no podras verlo hermana por que estarás muerta por tu maldad!







Llegó el dìa de la ejecución.
El Inglés postergó el viaje a Londres para presenciar el espectáculo. Obligó a sus hijas a asistir, sobre todo a Clarisa, a modo de escarmiento.
Cuando la soga le fue puesta a Elmer alrededor de su cuello, a la espera de la orden final, Clarisa sintió que sus piernas se aflojaban y un dolor infame en el alma, la aprisionaba. Ella y su madre miraban a hurtadillas la escena con congoja y se cubrían el rostro para no ver bailar a la muerte entre la soga.
Victoria, en cambio, gozaba con el espectáculo, con una increíble frialdad.  Su mente perturbada, había hecho realidad una mentira y en ese instante sentía que se hacía justicia.


Se acercó el sacerdote y preguntó si deseaba orar antes de morir.  Elmer miró a Clarisa por un instante y sintió que la amaba, que era un sueño previo al fin; que sus ojos mansos alguna vez, habían mirados los suyos con benevolencia y dulzura...que más podía pedir un lecherito mestizo?. Entonces susurro muy por lo bajo.-La amo ángel de luz!... !. La amo con mi alma blanca!.
El susurro fue ahogado por el grito furioso de Victoria, ansiosa por ver la ejecución.
-Muere inmundo mestizo, ladino y mentiroso!!!...Muere como los de tu ralea!!

La cuerda se ciñó al cuello de Elmer, con saña. Una mueca horrenda, convirtió su rostro en una máscara gotezca y espeluznante. Sus otrora seductores ojos, resaltaban de sus órbitas, y la morada lengua yacía inerte a un costado de la boca.
Clarisa, volvió a cubrir su rostro con las dos manos, para no ver el final. No pudo evitar, que esa trágica imagen la persiguiera el resto de la vida.
No le sirvió para la sumisión y la obediencia, más si lo fue para llenar su corazón de un enorme desprecio por su hermana y su padre, tan parecidos ambos, como una gota de agua.



                                         BRASIL  - RÍO DE JANEIRO


Un día estando los Heard en Brasil de vacaciones, en la casa de campo que poseían en las afueras de Río de Janeiro, apareció el cadáver de Victoria, totalmente mutilado. Había sido degollada en el umbral de la puerta de entrada a la casa. Se dice que los negros del mundo vengaron a Elmer.
Durante el velatorio, Clarisa, se acercó al féretro diciendo en voz alta, ante tanta concurrencia que acompañaba a la familia.
-Aquí yace la asesina de Elmer Sanjuan. La que recibió el justo castigo por vanidosa, soberbia, perversa y mentirosa!
Luego mirando a su padre que, atormentado y asustado gemía en un rincon,,agregó:- El influyente señor Heard, ejecutor del crimen y al que le espera peor castigo de Dios y de los hombres, pudo haber averiguado la verdad y no lo hizo.
Para él resultó más fácil aceptar los caprichos de la hija predilecta, que esta vez fue más lejos de la cuenta ...la que nunca jamás volverá a ver la luz del día!!
Clarisa sintió un alivio supremo en su pecho....su voz se tornó calma nuevamente y como por encanto, se dibujaron frente a sí, dos ojos seductores...y le sonreían

                                                 NORMA ANGELA MICHELLI                                               







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   "solo estamos preparados para dar y recibir el amor que conocemos"...






"NO EXISTE UNA SOLA COSECHA PARA EL CORAZÓN. LA SEMILLA DEL AMOR DEBE SEMBRARSE ETERNAMENTE" 
                      Anne Morrow Lindbergh






 "EL CONOCIMIENTO DE OTROS SERES HUMANOS ESTÁ LIMITADO POR LO QUE CONOCEMOS DE NOSOTROS MISMOS"





" EL HECHO DE DECIR "NO" LE DA SENTIDO AL "SI".











































































4 comentarios:

Anónimo dijo...

ME GUSTÓ MUCHO!!!

Anónimo dijo...

Un atrapante drama.

Anónimo dijo...

muy lindo...

Anónimo dijo...

muy buena!...final trágico y bueno.